Todo lo que necesitas saber para emprender online

Es tiempo de reinvención laboral. De apostar por el mundo online y ser tu propia jefa. 

Suena muy bonito, ¿pero es realmente posible para todo el mundo?

Hace tiempo que escuchas que los negocios online son el futuro. Además, te has planteado en numerosas ocasiones, lo maravilloso que sería poder trabajar desde casa, atender a tus hijos y dejar atrás tu vida de trabajadora por cuenta ajena. 

Montar un negocio online es una idea golosa a la vez que aterradora para muchas personas que se contemplan esta posibilidad. 

La mayoría de nosotras ha crecido con la creencia que la estabilidad laboral se consigue con un sueldo fijo y un trabajo estable. Pero acabas de vivir la desgarradora realidad comprobando en personas muy cercanas (o quizás en ti mismas) que, en esta vida, nadie te puede asegurar nada al 100%. 

Así pues, la idea de emprender online ha recobrado fuerza. 

Ser tu propia jefa, dejar de tener límites a la hora de crecer económicamente, flexibilidad de horarios…

Pero, ¿hay alguna fórmula que te permita dar este salto con total seguridad?

Me temo que la respuesta es “no”. Pero sí puedo compartir contigo la información necesaria para que tú misma puedas dar los primeros pasos con más certeza y confianza que la que sientes ahora mismo. 

¿Empezamos?

Este es el contenido que encontrarás en este artículo:

1. Identifica tus fortalezas, pero también tus debilidades.

1.Identifica tus fortalezas, pero también tus debilidades. 

Tendrás éxito en la vida si eres capaz de identificar aquello en lo que destacas para poder sacarle el máximo partido. Pero también también es necesario adelantarte a tus debilidades y ponerle remedio a lo que no se te da bien. 

Es por esta razón, entre otras cosas, que cuando llega a nosotras una nueva clienta que quiere empezar desde cero su negocio, uno de los primeros pasos que hacemos con ella es realizar su análisis DAFO. 

Para qué sirve un análisis DAFO y cómo puede ayudarte a iniciar un negocio. 

Se trata de una herramienta que te permite medir las fortalezas y oportunidades que tienes como emprendedora, así como tus debilidades y riesgos a los que te expones. 

En definitiva, es un análisis para determinar el punto de partida de tu negocio y tomar las decisiones adecuadas para dar forma a tu estrategia

Por un lado, el DAFO analiza los factores internos, aquellos que forman parte de ti misma: tus  debilidades y fortalezas

Las debilidades son todos aquellos factores que van a poner trabas en tu negocio. Por ejemplo: 

  • Alguna característica de tu situación personal. 
  • Tu falta de experiencia. 
  • Baja capacidad de inversión. 
  • Falta de habilidad en las nuevas tecnologías.

Las fortalezas son todos aquellos factores que te dan ventaja frente a la competencia y que te ayudarán a aprovechar las oportunidades y dificultades que se te presenten. Por ejemplo: 

  • Tu formación y conocimientos específicos en el sector. 
  • Contactos estratégicos. 
  • Disponibilidad de tiempo. 
  • Producto nuevo y diferenciador. 

Y por otro lado, el DAFO analiza, también, los factores externos, aquellos que forman parte del contexto en el que vas a desarrollar tu negocio: las amenazas y oportunidades que se te presentan.

Las amenazas son todos los factores del entorno y de la competencia que pueden suponer una barrera que te dificulte alcanzar tus objetivos: Por ejemplo: 

  • Una crisis económica. 
  • Un mercado muy saturado.
  • Cambio en la legislación. 
  • La existencia de productos similares de sustitución. 

Las oportunidades son todos los factores externos que pueden suponer algún tipo de ventaja para tu negocio. Por ejemplo: 

  • Crecimiento del sector. 
  • Aumento del interés del público. 
  • Posibilidad de ampliar a otros mercados. 
  • Momento económico actual.

Después de realizar estos pasos, tendrás un marco real del punto de partida de tu negocio. Pero, ¿qué vas a hacer con esta información que has recopilado? 

Pues elegir la mejor estrategia que te permita partir de esa realidad. Así que ahí van 4 preguntas que sí o sí debes hacerte: 

  1. ¿Cómo vas a afrontar las amenazas y evitar que aumenten tus debilidades?
  2. ¿Cómo puedes fomentar tus fortalezas y usarlas para hacer frente a las amenazas?
  3. ¿Cómo vas a aprovechar las oportunidades y para exprimir al máximo tus fortalezas?
  4. ¿Cómo puedes enfocar tu negocio para aprovechar las oportunidades que se te presentan y minimizar tus debilidades? 

Después de realizar este análisis DAFO es muy probable que tengas una idea mucho más clara de tu negocio. Incluso es también probable que te hayas dado cuenta de alguna cosa que no te gusta. 

Y es que, en ocasiones, la idea inicial que tenemos en mente, no es la adecuada. Aunque no signifique que debas tirar la toalla. Es importante analizar todos los factores que hacen que una idea de negocio sea “vendible”. 

2. Emprende con aquello que te apasiona, pero que sea “vendible”.

A menudo escucharás que todo se puede vender. 

Y, si bien es cierto que una buena estrategia de ventas hace que un producto o servicio pueda ser más o menos atractivo para el público,  es importante analizar si esa idea de negocio es viable o va a suponer más dolores de cabeza que beneficios. 

Cómo dar con una buena idea de negocio. 

Una idea de negocio es aquella que es capaz de identificar un problema del mercado y ofrecer una solución a cambio de una cantidad de dinero inferior al valor que percibe el cliente. 

Es decir, que hablamos de una buena idea de negocio cuando tu cliente está dispuesto a pagar lo que le pides porque percibe que se va a llevar algo que le compensa mucho más que el dinero que invierte. 

Aquí tienes 4 tips que te pueden ayudar a definir una buena idea de negocio para ti: 

  1. Escucha y observa. 

Las personas de tu entorno son una gran fuente de inspiración. Solemos hablar constantemente de nuestros problemas, retos y dificultades y esto te puede dar grandes ideas para ofrecer soluciones con tu negocio. 

  1. Analiza tu propia experiencia. 

¿Qué te hubiera ayudado a ti misma a solucionar el problema que tenías hace 10 años? ¿De qué forma podrías ayudar ahora a las personas que hoy en día se encuentran en la misma situación que tú por aquél entonces? 

  1. Mantén la mente abierta al cambio. 

En ocasiones, una buena idea es aquella que ofrece una solución a un problema que ya existe pero de una forma completamente diferente. La innovación es un reclamo interesante para aquellas personas que están cansadas de escuchar siempre lo mismo cuando plantean su situación. ¿Puedes ofrecerles algo que no hayan visto hasta ahora?

  1. Pregunta y define. 

Habla directamente con las personas de tu comunidad, con tus seguidores en redes sociales. Pregunta directamente qué problema les gustaría resolver y define una forma de ayudarles con tus conocimientos. ¿Qué granito de arena puedes ofrecer para mejorar o transformar sus vidas?

Una vez tengas ya una idea inicial de negocio, el siguiente paso es asegurarte de que no caes al vacío llevándola a cabo. 

Valida tu idea de negocio. 

No es suficiente con creer que tienes una buena idea. El paso realmente importante es asegurarse y comprobar de forma empírica que esa idea es buena. 

Pero siento decirte que no hay una fórmula mágica que evite todos los riesgos. Porque cada negocio es un mundo y el ensayo/error es lo que mejor funciona. 

Eso sí, voy a darte algunas ideas para que minimicen el riesgo y empieces con buen pie. 

  1. Define con precisión el problema de tu cliente. ¿Qué situación vive? ¿A qué dificultades se enfrenta? Así podrás generar una hipótesis inicial.
  1. Busca a personas que se encuentran ante ese problema. Habla con ellas y corrobora tu hipótesis. ¿Es realmente eso lo que están viviendo? Intenta recopilar el máximo de información de esas personas. 
  1. Ofrece tu solución a ese grupo reducido de posibles clientes. Una vez hayan probado tu producto o servicio, pregunta qué les parece. Obtendrás una información muy valiosa sobre el interés que puede suscitar tu idea en un público más amplio.
  1. Pregunta directamente a esas personas si estarían dispuestas a invertir dinero a cambio de esa solución.

Y… ¿qué pasa si descubres que tienes una buena idea pero hay mucha gente vendiendo lo mismo? 

Pues te diría que, si el mercado ya está saturado, esa idea que tienes en mente deja de ser buena a no ser que tenga una propuesta rompedora y diferente que presentar al público. 

La clave es evitar ser repetitiva y ofrecer “más de lo mismo”.

Cómo diferenciarte de la competencia. 

Llegado este punto, toca hacer un trabajo no muy gratificante pero sí necesario: investigar el mercado y a tu competencia. 

Necesitas saber contra quién compites para poder adaptar tu idea de negocio. De esta manera, tienes la oportunidad de darle el enfoque correcto para sacarla a la venta con un mínimo de garantías. 

Aquí te dejo un paso a paso de cómo elaborar el estudio de tu competencia.

Para empezar, busca un mínimo de 5 competidores directos (negocios que ofrecen lo mismo que tú) y 5 competidores indirectos (negocios que ofrecen productos o servicios que podrían sustituir al tuyo).

Evidentemente, cuantos más competidores analices, más completo será tu estudio. Cinco tan solo es el punto de partida. 

De cada uno de ellos, recopila la siguiente información: 

  1. Su presencia en redes sociales. 

Anota en qué redes sociales se encuentran, cuántos seguidores tienen, qué tipo de contenido publican, con qué frecuencia y qué reacciones obtienen sus publicaciones.

  1. Su página web. 

Este es su escaparate en el que deberían mostrar de forma clara y concisa su propuesta de valor, aquello que los hace especiales. 

Toma nota de la promesa que hacen en la home, los servicios que ofrecen y el rango de precios en los que se mueven.

Analiza sus blogs, en caso de que tengan, y anota los temas generales que abordan. 

Entre el punto 1 y 2, intenta identificar el perfil de personas al que se dirigen, puede darte una idea de algún nicho de mercado que quede libre y puedas abordar tú. 

  1. Opiniones y testimonios.

Fíjate en los comentarios en redes sociales, en los post del blog o en las reseñas que obtengas en otros sitios de internet. 

¿Qué dicen de positivo?

¿Qué dicen de negativo?

  1. Otros elementos a tener en cuenta.

Una investigación de la competencia es un tema muy amplio que suelen hacer los expertos. Pero estás empezando (no me olvido de ello), así que las tareas que te he propuesto ya son un ejercicio importante. 

De todos modos, puedes tener presente otros aspectos que puedes ir anotando a medida que vas conociendo mejor a tu competencia como: 

  • Cuántas personas tienen dentro de su equipo de trabajo. 
  • Uso de publicidad en motores de búsqueda o redes sociales. 
  • Imagen corporativa. 
  • Valores, visión y misión de negocio. 

Y ahora que tienes toda esta información, ¿cómo vas a enfocar tu negocio para no ser una más del montón?

3. El momento perfecto para dar el salto al emprendimiento. 

Emprender es vertiginoso. Aunque tengas mucha ilusión por dar ese paso, el miedo y la incertidumbre de sumergirte en un mundo que desconoces, existe. 

Lo entiendo, y voy a hablarte de ello. Porque es un proceso que necesitas tener presente para tomar la decisión definitiva. Y que tendrás que trabajar durante toda tu faceta como emprendedora. 

De asalariada a ser tu propia jefa. 

La gran mayoría de personas que se ponen en contacto con nosotras para montar un negocio, son mujeres que están trabajando por cuenta ajena y quieren optar por una opción laboral que les permita hacerlo desde su casa para disfrutar de una conciliación real. 

Sin embargo, antes de tomar la decisión final y dar el salto al emprendimiento online, me gustaría compartir algo de realidad contigo. 

  • Los inicios son duros. Mentalízate que necesitas invertir tiempo y esfuerzo para aprender procesos que hasta ahora seguramente no habías oído hablar. Y, a no ser que tengas capital para delegar muchas de las tareas que requiere un negocio online (que sería maravilloso), te va a tocar trabajar mucho.
  • Empezar a facturar no siempre es inmediato. Un negocio necesita encontrar un sitio en el mercado y posicionarse para tener los primeros clientes. Huye de la idea que se vende en muchos sitios que vender online es montar una web y recibir dinero como caído del cielo. 
  • Es interesante que seas previsora. Calcula cuánto tiempo puedes estar sin cobrar nada, porque seguramente vas a necesitar tener un respaldo económico en tus inicios, antes de que toda la maquinaria empiece a funcionar y tu negocio sea rentable. Ese tiempo dependerá del tipo de negocio que desees emprender y de los recursos que vayas a invertir en él, tanto en tiempo como en dinero. 
  • Si no tienes un cojín económico que te permita subsistir en la primera fase, es posible que debas compaginar tu negocio con tu trabajo actual (si las condiciones de éste lo permite, claro, y en caso de que estés en activo, por supuesto). 

Quizás esta información es como si te hubieran echado una jarra de agua fría. Pero en Escuela Mamá Emprendedora nos gusta ser realistas. Hemos visto a muchas mujeres engañadas por la ilusión de emprender y luego fracasar estrepitosamente al darse de bruces con la realidad. 

¿Es duro emprender? Pues depende de a quién se lo preguntes. Si te sirve nuestra experiencia (ambas madres de familia numerosa y fuente principal de ingresos), te diremos que, pese a que hay que trabajar muchísimo, para nosotras es una verdadera recompensa sentir la libertad que nos proporciona nuestro negocio.  

Y lo mismo vemos en nuestras clientas, quienes, con una buena estrategia, han logrado alcanzar sus objetivos. 

Eso sí, hace falta dejar de pensar como una asalariada que tiene un jefe que le da órdenes, y pasar a tener mentalidad de empresaria. Es en lo que debes convertirte si quieres tener éxito en tu negocio. Aunque sea poco a poco y de forma progresiva como lo hemos hecho nosotras. 

Desarrolla una mentalidad emprendedora. 

“Lo mejor es que encuentres un trabajo y que te hagan fija. Y si te conviertes en funcionaria mejor que mejor”. 

¿Te suena? Probablemente sí. La gran mayoría de personas de nuestra sociedad hemos crecido con la idea de, para tener éxito en la vida, lo que tenías que hacer era sacarte una carrera universitaria y encontrar un trabajo con un contrato indefinido (que risa me da ahora cuando lo nombro…). 

Pero esta forma de entender tu futuro laboral es totalmente contraria a la de crearlo por ti misma con tu propio negocio. 

Seguramente llegas al mundo del emprendimiento con una mentalidad de trabajadora  por cuenta ajena y es imprescindible transformarla. 

¿Y cómo es una persona con mentalidad emprendedora? Estas son algunas de las características que las identifica. 

  • alto nivel de creatividad
  • adaptación a los cambios
  • formación continua
  • saber delegar
  • saber trabajar en equipo
  • planificación y organización
  • visión de futuro

Y de todas ellas, quiero centrarme en la última. Porque una persona que tiene una mentalidad emprendedora, es aquella que es capaz de visualizar el negocio de sus sueños y saber hacia dónde debe dirigir sus pasos para lograrlo. 

Así que, aquí van algunas preguntas que deberías hacerte para empezar a tener esa visión de futuro: 

  1. ¿Cómo va a ser el negocio en el que sueñas?

Además de pensar en cómo va a ser en sus inicios, es importante verlo crecer en tu mente para ponerle foco a tus acciones.

  1. ¿Tienes alguna creencia que te ponga barreras en el camino?

Me extrañaría mucho que me dijeras que no. El cerebro es un órgano que intenta mantenerse siempre en su zona conocida, así que te bombardeará con frecuencia con pensamientos como: “tú no puedes”, “no sirves”, “no vales”. Es importante que estés preparada para lidiar con estas situaciones. 

  1. ¿Te quieres?

“No me hables de amor, háblame de negocios”. Pues de eso estamos hablando, precisamente. 

Las personas que tienen éxito en los negocios son aquellas que confían en sí mismas y tienen, no solo una voluntad de hierro, sino también una gran autoestima. 

Pero la mentalidad emprendedora no es lo único que debes desarrollar para ser tu propia jefa. 

Vas a trabajar en un entorno familiar y eso, pese a que tiene muchas ventajas, también tiene algunos inconvenientes. 

Límites personales.  

Trabajar desde casa te enfrenta a distracciones que debes aprender a superar: televisión, tareas del hogar, visitas, llamadas telefónicas personales… 

La disciplina en el trabajo no viene marcada por tener que ir a una oficina y cumplir con un horario. Lo tienes que fijar y cumplir tú. Así que, antes de empezar, siéntate y anota todas tus acciones que realizas en un día y fija los bloques de tiempo en lo que realmente vas a poder dedicarte completamente a tu negocio. 

Cuanto más realista seas, mejor. 

Por otro lado, en ocasiones resulta difícil separar la vida laboral de la personal. Compartir el mismo espacio para ambas facetas de tu vida puede ser todo un reto.

  1. En primer lugar, porque vas a tener las tareas pendientes de tu casa a la vista. Estará esa ropa sin recoger, la cocina por barrer o polvo por todos lados. Es importante que respetes tu horario de trabajo. ¿Limpiarías el baño si estuvieras en una oficina? Pues en tu caso, y durante el tiempo que has reservado para tu negocio, tampoco. 
  1. En segundo lugar, porque es posible que las personas de tu entorno (pareja, hijos, madre, amigas…) no respeten tus horarios. Es necesario que aprendas a poner límites a los adultos y busques apoyo para que alguien atienda a los niños mientras tú trabajas. 
  1. Y en tercer lugar porque no va a haber nadie que te diga qué, cómo y cuándo hacer las cosas. Tu fuerza de voluntad y tu capacidad de organización van a jugar un papel decisivo. Un negocio online te permite trabajar desde casa, conciliar y ser flexible, pero eso no significa que el trabajo se haga solo. 

En definitiva, es un nuevo reto. Pero abordarlo es más sencillo si sabes a lo que te enfrentas. Así que, ¡a por ello!

4.Dirígete al público adecuado. 

Vamos a uno de los puntos más importantes de un negocio pero en el que la mayoría de emprendedoras fracasa porque no saben cómo abordarlo: la creación del cliente ideal. 

Antes de explicarte cómo puedes diseñar a tu cliente ideal, es necesario que sepas por qué es imprescindible saber a quién te estás dirigiendo.

Y para empezar, grábate esta frase a fuego: no puedes venderle a todo el mundo. 

Parece algo obvio, pero créeme que es la principal metedura de pata de una persona que inicia un negocio. 

Creación de tu cliente ideal. 

El cliente ideal es la persona que encuentra como solución PERFECTA aquello que tú ofreces, el formato en el que tú lo ofreces y con el precio que pides por ello. 

Es importante que tengas en mente todo el tiempo el perfil de esta persona porque es a ella a quién quieres y vas a poder vender. 

Y para diseñarlo, es importante que des los primeros pasos concretando la siguiente información:

  1. Sus datos.

En primer lugar, ponle un nombre. A mí me gusta hacerlo porque, cuando escribo textos para mis redes sociales, sobre todo, me imagino que le estoy hablando a esa persona y me resulta mucho más sencillo. 

Anota también su edad, género, lugar de residencia, ingresos, estado civil, estudios, trabajo, con quién vive, sus horarios…

  1. Cómo es.

Explica qué es lo que le gusta hacer, los temas de los habla con sus seres queridos y amigos, sus aficiones, qué estilo de música escucha o qué tipo de libros lee…

  1.  Sus valores y principios. 

Qué es lo realmente importante para él, cuáles son sus metas personales, familiares, profesionales…

Entiendo que al principio puede resultar abrumador concretar toda esta información. 

¿De dónde la obtengo? ¿Cómo puedo saber yo todo esto?

Es verdad que cuando inicias un negocio y todavía no has tenido ningún cliente, puedas sentirte perdida a la hora de definir a tu cliente ideal. Así que aquí van dos consejos que a mí me ayudaron al principio: 

1- La mayoría de personas vendemos productos y servicios que nosotras mismas hemos consumido en un momento de nuestra vida. Imagina ese momento y descríbete a ti misma. 

2- Es posible que estés iniciando un negocio que ya tiene tu competencia. Fíjate en las personas que comentan en sus redes sociales, qué dicen, qué comparten, qué cuentan de ellas mismas… 

Esta información te puede orientar en alguno de los puntos anteriores y también en el siguiente apartado: el mapa de la empatía. 

Cómo crear el mapa de la empatía de tu cliente ideal.

El mapa de empatía es una herramienta imprescindible para construir el perfil de tu cliente potencial.

Te permite personalizar, caracterizar y conocer a la perfección a la persona a la que vas a dirigir tus productos y servicios.

Para crear el mapa de la empatía, debes formularte las siguientes preguntas pensando en tu negocio:

¿Qué es lo que la persona piensa y siente?

Tu cliente ahora mismo tiene un problema. Hay algo que no puede solucionar o no consigue lograr. 

¿Cómo le hace sentir esa situación? ¿Qué se dice a sí mismo sobre ello?

¿Qué es lo que oye?

Tu cliente no vive aislado del mundo. A su alrededor hay pareja, familia, hijos, amigos, medios de comunicación, compañeros de trabajo, otras personas de su entorno… que también opinan sobre el tema. 

¿Qué le dicen? ¿Qué mensajes recibe de esas personas? ¿Cómo le afectan esos mensajes?

¿Qué es lo que ve?

Es posible que tu cliente conozca a otras personas que también están viviendo el mismo problema o similar. 

¿Cómo reaccionan ante esa situación las personas de su entorno? ¿Y la sociedad en general? ¿Qué piensa él sobre lo que hacen los demás? ¿Se identifica? ¿Qué ventajas e inconvenientes le ve? 

¿Qué es lo que dice y hace?

De lo que piensa a lo que dice y lo que hace finalmente, puede haber una gran diferencia. Y en esos puntos puede estar la clave de lo que le impide solucionar el problema que tiene y donde tú puedes ayudarle. 

¿Qué incoherencias hay en su discurso? ¿Por qué dice una cosa y no la pone en práctica? ¿Es consciente de ello? Y si lo es, ¿cómo se siente al no ser coherente?

¿Cuáles son sus dolores?

Ahora que te has adentrado en la mente de tu cliente ideal y te has puesto en su piel, toca hacer una lista de sus puntos de dolor. 

¿Qué situaciones de su día a día no puede resolver por culpa de su problema? ¿Cómo le gustaría vivir esas situaciones? ¿Qué se lo impide?  

¿Cuáles son sus necesidades?

Y ahora vamos a la recta final. Vamos a definir qué es lo que ayudaría a mejorar la vida de tu cliente ideal respecto a su problema. 

¿Qué tendría que cambiar para que pudiera solucionar su problema o alcanzar su deseo? ¿Qué quiere saber o implementar en su día a día? ¿Qué información necesita escuchar para ver la solución con claridad? ¿Qué se tiene que decir a sí mismo para que la solución sea algo alcanzable?

Tener la respuesta a todas estas preguntas para elaborar el mapa de la empatía requiere un trabajo de investigación. 

Puedes hacer encuestas, entrevistas o preguntar directamente a tu público o a tus clientes. 

Las características de tu cliente ideal se irán perfilando a medida que vayas obteniendo tus primeros clientes. Ellos te darán información de primera mano que permitirá comprobar tu hipótesis inicial: saber si ese producto que tienes en mente da respuesta a sus problemas y tiene salida en el mercado. 

Pero crear un primer producto o servicios puede requerir una gran inversión de tiempo y dinero. Por eso, antes de nada, debes crear un producto mínimo viable.

5. Crea un producto mínimo viable. 

Sería ideal que pudieras asegurarte que tu primer producto o servicio sea un éxito,  ¿verdad? 

Sin embargo, la certeza absoluta no existe. Pero sí puedes diseñar un primer producto o servicio, sin tener que hacer grandes inversiones de tiempo y dinero, y pistas suficientes que te permitan decidir si llevas a cabo tu idea de negocio o no antes de lanzarte. 

Cómo crear un Producto mínimo viable (PMV).

En primer lugar debes crear la idea de tu producto. Para ellos, empieza por hacerte estas preguntas: 

  • ¿Por qué mi público estaría interesado en este producto o servicio?
  • ¿Qué soluciones ofrece?
  • ¿En qué formato lo voy a presentar? 
  • ¿Por qué es interesante este formato para mi público?
  • ¿Qué tiene de especial? ¿Qué lo diferencia de otros productos o servicios que ya están en el mercado?

Ten en cuenta que un PMV no va a tener todas las características o funcionalidades del producto final que luego vayas a vender. 

Revisa el producto diseñado y elimina todo aquello que sea imprescindible. Se trata de sacar a la venta lo antes posible y con la mínima inversión posible. 

Por ejemplo, puedes pensar en crear una academia online de restauración de muebles. Un producto mínimo viable podría ser un taller en el que explicas cómo arreglar una cajonera vieja y ver qué respuesta tiene en tu audiencia. Si los resultados son los esperados, una academia con talleres mensuales podría ser viable. O incluso se podría convertir en una formación online sobre restauración de muebles en el que incluyas otros temas relacionados. 

Tipos de producto mínimo viable. 

Ten en cuenta que la función principal de un producto mínimo viable es la de asegurar el éxito de tu idea de negocio o del producto o servicio nuevo que vas a sacar. 

En función de cuál es tu situación inicial, te interesará poner en práctica alguno de estos recursos para cumplir con ese objetivo: 

Prueba de humo

Se trata de un recurso que sirve para medir el interés que genera un producto o servicio que todavía no existe. Para llevarlo a cabo tienes que hablar del producto y analizar la respuesta que tiene el público. 

Puedes ofrecer el producto a través de redes sociales, de publicidad  o de tu lista de correo electrónico. Lo importante es que definas la forma de medir los resultados, que son los que te indicarán si vale la pena o no sacar la idea real al mercado. 

Por ejemplo: puedo decir en mis redes sociales que voy a crear una suscripción mensual a mi comunidad de soporte de creación de páginas web y ver cuántas personas están interesadas en apuntarse.

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Maqueta (mockup)

Este recurso es bien común entre arquitectos o diseñadores de coches, por ejemplo. Pero también se puede usar en otros nichos de mercado. 

Se suele usar cuando un producto tiene un coste muy elevado y, antes de crearlo, es necesario saber si el cliente está dispuesto a pagar por él. 

Se puede mostrar una maqueta física del producto que quieres vender o también puedes crear una presentación que muestre sus características y diseño. 

Por ejemplo, éste podría ser un recurso para las personas que se dedican a hacer creaciones artesanales personalizadas y quieren presentar un nuevo tipo de producto a sus clientes. 

Entrevistas a clientes

Preguntar directamente a personas que podrían ser potenciales clientes te proporciona mucha información. 

Haz una lista de todos los beneficios que satisface tu producto o servicio y pide la opinión a personas que podrían estar interesadas. 

Puedes realizar entrevistas físicas, a través de videoconferencia, mediante correo electrónico o mensajería privada. 

Test A/B

En ocasiones, la duda está en ofrecer unas características u otras de un producto o servicio concreto. En este caso, hacer una prueba A/B es la opción más adecuada. 

Este tipo de tests consiste en plantear dos hipótesis entre las que tus clientes deberán elegir. 

A una parte de tus clientes les planteas la opción A y al resto la B. Se trata de analizar qué opción tiene más éxito  midiendo el resultado final. 

Por ejemplo, no sabes si una formación tendrá más éxito con clases en directo o clases grabadas más una sesión final de resolución de dudas. El test A/B te permite lanzar un producto con dos versiones diferentes y ver cuál de las dos tiene más éxito. 

Prueba Beta

Se trata de ofrecer un producto o servicio a un grupo muy reducido de clientes a cambio de poco dinero o de obtener su opinión sobre lo que vendes. 

Este recurso te permite evaluar su calidad, la respuesta del cliente y obtener testimonios que prueben los resultados que ofreces en un proceso de venta. 

Por ejemplo, puedes usar esta herramienta cuando quieres lanzar una formación y necesitas testear el formato o el contenido. 

6. Si quieres vender, tendrán que conocerte. 

De nada sirve que tu producto lo deseen miles de personas si ese público no sabe que existes y no tiene ni idea de lo que tú puedes ofrecerles. 

Pero hoy en día, tienes a tu disposición un medio eficaz a través del cual puedes transmitir tu conocimiento, llegar a todas esas personas y posicionarte como experta: internet

La red es un espacio competitivo, es cierto. Por eso es tan importante tener una estrategia de comunicación tanto en tu web como en tus redes sociales. 

Una gran parte de las personas que inician un negocio, lo hacen a través de la creación de una web para mostrar sus productos y servicios. Otra parte, lo hace simplemente mostrándose a través de las redes sociales. 

Lo cierto es que no existe una fórmula única que sirva para todo el mundo porque depende del tipo de negocio,  de la estrategia que quieras seguir y el dinero que tengas a tu disposición para invertir. 

Así que vamos a ver cuáles son las posibilidades que hay a tu alcance y cuáles son las claves para usar las herramientas que internet pone en tus manos.

El plan perfecto para tus redes sociales. 

Antes de empezar a hablar sobre qué contarle a tu público, es necesario que tomes una decisión importante: ¿en qué redes vas a estar presente?

El objetivo de una red social es crear una comunidad de seguidores que conozcan tu trabajo. Y esto se consigue si tu público te ve, no solo compartiendo contenido. También respondiendo a comentarios e interactuando fuera de tu perfil. 

Eso requiere tiempo y esfuerzo, por eso es importante seleccionar las redes sociales que realmente te interesen para tu negocio. Porque no hace falta estar en todas. 

Y aquí entra en juego el diseño de tu cliente ideal. ¿En qué redes sociales se encuentra? ¿Es consumidor de vídeos de Youtube? ¿Es fan de seguir perfiles de Instagram? ¿Le gusta el contenido dinámico de Tik Tok? ¿Usa una red profesional como Linkedin?  

Una vez escogida la red o redes sociales en las que te interesa trabajar, ya podrás crear un plan de contenidos para cada una de ellas. 

Para ello, deberás empezar por fijar los puntos siguientes:

  1. Frecuencia y horario de tus publicaciones. 
  2. Bloques de contenido para distribuir los temas que quieres tratar.
  3. Formato del contenido según la red social que uses. 

Una vez tengas claras estas ideas, podrás elaborar un plan de contenidos para posicionar tu negocio en redes sociales. 

La constancia y la planificación son clave. 

Las redes sociales funcionan con algoritmos, es decir, inteligencias artificiales que miden constantemente la actividad que se produce en ellas. 

En función de tu comportamiento dentro de la red y del interés que generan tus publicaciones, el algoritmo te otorga o te quita puntuación, que a la práctica se traduce en más o menos visibilidad para tu negocio. 

Una característica común a los algoritmos es la constancia, aunque con matices en cada una de ellas. Todas las redes sociales quieren que los usuarios generen interacción y, con ella, la creación de comunidades que comentan, comparten y generan actividad en la red. 

Para que esto suceda en tus perfiles profesionales (también en los personales, por supuesto), debes cuidar a tu audiencia y no olvidarte de ella. De ahí a que, además de compartir contenido interesante, es importante ser constante en tus publicaciones. 

Te aconsejo que uses planificadores para organizar tu calendario de publicaciones y que crear el material con tiempo. De esta forma, tus redes estarán siempre activas y podrás mantener un buen ritmo de creación de contenido.

Pero, además de ser constante, tus publicaciones también deben ser interesantes.  

Cómo crear tu calendario editorial de publicaciones. 

¿Qué publicar en tus redes sociales? La eterna pregunta. 

Para empezar, es imprescindible que tengas presente el diseño de tu cliente ideal que te he comentado en el punto 4 de este artículo. Saber qué piensa, qué siente y qué desea, es la base del mensaje que vas a transmitir a través de tus redes sociales. 

También es necesario, que el contenido de las redes sociales de tu  negocio no se limite a promocionar tus productos o servicios. De hecho, esto debería suponer, aproximadamente, tan solo un 20% del contenido que compartes.

Estos son los cuatro pilares en los que deben basar tus publicaciones. 

  1. Contenido de valor. 

Comparte contenido relevante para tu público potencial. Usa un lenguaje claro y fácil de entender para que tus publicaciones tengan como resultado mejorar o transformar en positivo su vida. 

  1. Contenido que sea entretenido. 

La curiosidad, el divertimento, la crítica… son herramientas que enganchan a tus seguidores y los animan a seguir leyendo tus publicaciones. 

  1. Contenido educativo. 

Muestra a tu audiencia cómo lograr alguna de sus metas con datos, recursos e información que pueda poner en práctica y obtener resultados. A veces también hace falta crear contenido para mostrar a tu público el problema que tiene y sus consecuencias para que sea más consciente de que necesita encontrar una solución. 

  1. Contenido para promocionar tu negocio. 

Además de compartir los beneficios y cualidades de un producto o servicio, este tipo de contenido también incluye todas aquellas publicaciones que están relacionadas con el trabajo que haces: los valores que compartes con tus clientes, lo que ellos consiguen trabajando contigo, oportunidades para conocer tu trabajo a través de un lead magnet…

Ahora que ya sabes los objetivos que deben cumplir tus publicaciones, toca sentarse y empezar a crear listas de temas para distribuirlas en tu calendario editorial.  

Lo que debes saber para empezar a crear tu web. 

Recomendamos a nuestras clientas usar WordPress para crear sus web. En este artículo, te cuento cuáles son nuestras 5 razones. 

Más allá de la plataforma que uses para crear tu web, debes tener en cuenta que ésta debe ser el reflejo de tu negocio. Pero no puede ser solo un espacio en el que mostrar lo que ofreces a tus clientes. Resulta imprescindible que contemple estos 3 puntos. 

  • Una estructura con los objetivos de tu negocios definidos y visibles. 
  • Unos textos persuasivos que transmitan un mensaje fácil de entender.
  • Un diseño atractivo que resulte amigable para el consumo. 

La estructura ideal de una web. 

Una web puede ser desde una simple página con un formulario de contacto a una gran y compleja estructura. Pero lo ideal es que contenga, como mínimo, las siguientes partes.

  1. Home o página principal: es el lugar en el que muestras tu propuesta única de valor. Es decir, qué ofreces en tu web, cómo ayudas a tus clientes y cómo te diferencias de la competencia. 
  2. Sobre mí: la página en la que muestras tu misión y puedes humanizar tu marca hablando de la persona o equipo que hay detrás de tu negocio.
  3. Página de servicios: el espacio en el que explicas de qué forma ayudas a tus clientes y cuáles son los principales beneficios que obtienen con tus productos y servicios
  4. Página de contacto: como indica el nombre, es el espacio en el que el usuario puede ponerse en contacto contigo para contratar tus servicios, resolver dudas o incidencias. 
  5. Blog: pese a que no es estrictamente imprescindible, el blog sigue siendo una herramientas fundamental para mostrar tus conocimientos y posicionarte como experta. 

Unos textos pensados para vender. 

El copywriting es la técnica que convierte un simple escrito en un mensaje enfocado a la venta. Porque esa es tu misión, conseguir que las visitas se conviertan en ventas. Así que cada palabra, frase o fragmento de tu web, debe ayudarte a cumplir tu misión con unos textos en los que:

  1. El cliente siempre es el protagonista
  2. La lectura resulta sencilla sin dejar de mostrar profesionalidad.  
  3. Evitan hacer perder el tiempo a los lectores.  
  4. El usuario se siente identificado
  5. Dejen claro al lector qué debe hacer después de leer. 

Diseño amigable

La mente humana no está dispuesta a invertir energía ni tiempo en moverse por un laberinto visual que le resulte desagradable. Por eso, cuando te toque diseñar tu web sigue los siguientes tips: 

  1. Crea un menú de navegación sencillo e intuitivo. 
  2. Usa siempre tus colores corporativos para crear armonía. 
  3. Juega con la jerarquía visual para remarcar el contenido importante. 
  4. Haz que el texto sea fácil de leer: negritas, viñetas, tamaño, fuente…
  5. Asegúrate de que se vea correctamente desde diferentes dispositivos

7. Tus primeros clientes. 

Si ya tienes en mente tu primer producto o servicio y sabes el perfil de cliente al que vas a dirigirte, ya tienes una buena parte del camino recorrido. Pero aún falta lo más importante. 

Cada negocio es un mundo y necesita de estrategias de marketing para vender que se adapten a sus características. Pero, sea cual sea tu enfoque, requieres de un plan. 

Define tu estrategia de marketing digital. 

Un plan de marketing es un documento en el que se especifica todos los elementos de una estrategia de ventas, cómo los vas a desarrollar y qué es lo que necesitas para ponerlo en práctica. 

Estos son los puntos que debes incluir en tu plan de marketing:

1- El punto de partida. 

Presenta el marco en el que se va a desenvolver tu negocio. Incluye aquí tu análisis DAFO y el estudio de la competencia. 

2- Identifica los objetivos que quieres alcanzar. 

Los objetivos que definas deben ser objetivos SMART:

Specific : Específica con cifras. Por ejemplo: vender 10 plazas del taller “X”, en vez de vender plazas del taller ”X”

Measurable :  Debe ser monitoreable, es decir, debes poder analizar si cumples o no ese objetivo. Por ejemplo: “Aumentar un 10% los seguidores en una semana” en vez de “Aumentar más seguidores”. 

 Attainable : Trabaja en objetivos que te hagan crecer, pero que permitan hacerlo de forma progresiva. La motivación es importante y por eso los objetivos deben ser alcanzables. 

 Realistic : Sé honesta contigo misma. En muchas ocasiones, poner en marcha un negocio implica poner los pies sobre la tierra. Tú sabes hasta dónde puedes y estás dispuesta a llegar. 

Time-bound: Define cuándo quieres cumplir el objetivo. Fija una fecha y analiza, llegado el día, si has cumplido o no el objetivo y por qué. 

3- Tu visión, tu misión y tus valores. 

Este punto, aunque aparentemente no tienen que ven con las ventas, te permite establecer las bases de cómo te vas a presentar al mundo a través de tu negocio. 

Misión:  Cuál es tu gran porqué. Qué quieres aportar con tu negocio en la vida de tus clientes.

Visión: cómo ves a tu negocio a corto, medio y largo plazo.

Valores: Cuáles son tus prioridades, principios y límites en los que basas tu negocio, o sea tú misma. 

4- Tu presencia en internet.

Aquí debes incluir qué plataformas vas a usar para dar a conocer tu trabajo. 

  1. En qué redes sociales vas a estar presente. 
  2. Qué apartados vas a tener en tu web. 
  3. Si vas a tener un blog y qué uso le vas a dar. 
  4. Cuál va a ser la frecuencia de publicaciones. 
  5. Qué bloques de contenido vas a desarrollar. 

5- Tus productos o servicios. 

Haz una descripción de cada uno de los productos y servicios que vas a vender:

Define, para cada uno de ellos: 

  • A quién te diriges. 
  • Qué beneficios aporta. 
  • Características. 
  • Diferenciación. 
  • Precio. 

6- Captación de leads.

Antes de conseguir clientes, necesitas hacer contactos o lead. 

Los lead son aquellas personas que te conocen a través de las redes sociales o tu blog y que te dan su correo electrónico a cambio de un regalo. 

¿Cómo vas a lograrlo en tu negocio? 

El regalo de captación, o lead magnet, debe tener una serie de características para que cumpla con su objetivo: 

  1. Breve: un regalo que sea fácilmente consumible por tus seguidores para que puedan comprobar el valor de su contenido.
  2. Útil: la misión de un lead magnet es facilitar la vida de tu cliente para que confíe en tu trabajo y en ti. 
  3. Implementable: debe ser de fácil consumo porque te interesa que lo pongan en práctica.  

Aquí tienes algunas ideas para tu lead magnet: 

  • Un mini ebook. 
  • Una guía definitiva. 
  • Un pack de bonus. 
  • Un descargable. 
  • Una checklist
  • Un mini curso. 
  • Un webinar
  • Una masterclass.
  • Una guía de recursos.

8. Hacer crecer tu negocio con visión de futuro. 

¿Te imaginas como empresaria dueña de un negocio con personas que trabajan para ti?

Imagino que, ahora que estás empezando con la idea de emprender o hace poco que lo has hecho, puede sonarte algo lejano. 

Sin embargo, un negocio llevado por una sola persona se limita a lo que esa persona es capaz de hacer sola. Y, en mi experiencia, llega un punto en que necesitas dar un salto al vacío para seguir creciendo. 

Te estoy hablando de priorizar la formación de equipo en tu negocio. Ya sea porque delegas tareas, porque cuentas con otros profesionales de tu sector o porque asumes la inversión necesaria que requiere una estrategia de marketing de mayor envergadura. 

Aunque inicies un negocio sin ese soporte (también yo empecé así), es importante tener una visión de futuro que te permita tener presente tus objetivos a medio y largo plazo. 

Por esta razón, quiero finalizar este artículo con algunos puntos interesantes que me hubiera gustado conocer cuando me lancé al emprendimiento digital. 

Delega.

Ocuparte de todo en un negocio tú sola es, a la larga, un gran error. 

Cuando inicias un negocio digital debes aprender a realizar un sinfín de tareas muy diversas. Desde generar contenido para tus redes sociales hasta usar herramientas informáticas que nunca habías oído nombrar. 

Lo cierto es que, a medida que avanzas en tu negocio, las tareas también crecen, hay mucho más volumen de trabajo y empiezas a percibir que no tienes suficientes horas para abordarlo todo tú sola. 

Es importante evitar llegar a este punto porque el estrés que supone vivir al límite de tus posibilidades hace que tu negocio no pueda funcionar. Si tú no estás centrada, ¿quién va a hacer que todo funcione?

Pero delegar no es tan sencillo. De hecho, creo que es un paso que requiere de valentía, puesto que en la mayoría de personas se activan pensamientos como: 

  • Nadie va a hacer el trabajo igual de bien que yo misma, no delego. 
  • Son tareas muy simples y no vale la pena pagar por ellas, no delego. 
  • Son tareas muy difíciles y nadie las sabrá hacer, no delego. 
  • Me da miedo perder dinero, no delego. 
  • Me faltan horas pero no sé qué tareas podría encargar a otra persona, no delego.
  • ..

Es cierto que conforme crece tu negocio hay trabajos que las haces mucho más rápido y otros que te siguen costando la vida porque no te gustan o no sabes cómo hacerlas eficientemente.

Mi recomendación es que delegues todas aquellas tareas que:

  • No te gusta hacer.
  • No quieres hacer
  • No tienes tiempo de hacer.
  • No sabes hacer.
  • No quieres aprender a hacer.

Cuanto antes delegues, antes harás crecer tu negocio porque ganarás horas de trabajo que te permitirán enfocarte en lo que que únicamente puedes hacer tú en tu negocio. 

Networking. 

Otra forma de hacer crecer tu negocio consiste en establecer vínculos con otros profesionales favorables para tu negocio. 

El networking, o red de profesionales de trabajo, son todas aquellas personas que pueden ayudarte a hacer crecer tu negocio. 

Contar con esta red de profesionales te permite: 

  • Poder delegar en personas que ya confías cuando llega el momento. 
  • Incorporar a tu equipo profesionales a los que conoces bien. 
  • Dar a conocer tu trabajo en los círculos de otros profesionales relacionados directa o indirectamente con tu sector. 
  • Aportar en la vida de otros profesionales brindando tu ayuda y colaborando en proyectos que hagan crecer los negocios de ambos. 

Pero para hacer networking, debes poner en práctica una serie de estrategias que te permitan conocer a otros profesionales, crear sinergias y construir una relación de confianza mútua. 

Cómo practicar el networking

  • Orienta tus perfiles de redes sociales de una forma profesional. A mí me gusta decir que las redes son mi oficina de trabajo, no mi local de ocio en el que quedo con mis amigas (aunque lo cierto es que he hecho grandes amistades gracias a las redes sociales). 
  • Sigue a profesionales relacionados con tu sector. Comenta y comparte su contenido mostrando tu opinión y aportando valor. 
  • Ten clara tu presentación (quién eres, a qué te dedicas, a quién ayudas y cómo lo haces). Esta presentación debes tenerla siempre disponible cuando te encuentras con personas que te preguntan sobre tu vida profesional. 
  • Cuenta lo que haces siempre que veas la mínima oportunidad. Necesitas que, cuanta más gente mejor, conozca tu trabajo. 

Invierte y revisa constantemente. 

Te he hablado de lo importante que es que tengas claro cuál es el negocio vas a construir. No ahora que estás empezando, sino en un futuro a corto, medio y largo plaza. 

Supongo que compartirás la idea conmigo que lo interesante de montar un negocio es que éste tenga un constante crecimiento. 

Pues bien. Te va a tocar invertir. 

A medida que una negocio avanza requiere de infraestructura, equipo y recursos tanto materiales como humanos. Si tienes clara esta realidad desde un principio podrás destinar parte del dinero que facturas a la inversión y podrás crecer con más rapidez. 

Por eso es necesario un chequeo periódico de tu negocio que te permita identificar qué es lo que está funcionando y lo que no, qué modificaciones tienes que hacer y comprobar que vas cumpliendo las metas que te propones. 

9 .Cree en ti. 

No desistas a la primera de cambio si quieres convertirte en una emprendedora online. 

Las personas que hemos conseguido montar un negocio sabemos que a veces toca nadar a contracorriente o dar saltos sin saber si hay una colchoneta. 

Pero como dice el dicho, quien no arriesga, no gana. 

Lo que sí es una obviedad es que, si no te pones en marcha para hacer realidad tu idea de negocio, se te pasará la oportunidad y otras personas lo harán antes que tú. 

Así que, ¡a por ello! Estamos aquí para ayudarte y acompañarte en el camino. 

¿Quieres dar el salto al emprendimiento online?

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Laia Simón Martín

Mentora de emprendedoras y experta en comunicación para marca personal.
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